Naturaleza y bienestar. ¿Cómo volver a nuestra esencia?

Naturaleza y bienestar. ¿Cómo volver a nuestra esencia?

Creo que casi todas las que estamos aquí, habremos oído en algún momento la expresión “voy a tomar un poco el aire” como sinónimo de dar un paseo por la naturaleza con el fin de restaurar el bienestar. La relación entre bienestar y naturaleza es algo que sabemos de manera natural e instintiva e incluso me atrevería a decir, que viaja entre nosotros en una especie de inconsciente colectivo. Como si de manera innata supiésemos que la Naturaleza tiene ese poder de ayudarnos con nuestro bienestar, cuestión que en nuestra socialización se refuerza de alguna manera.

Si has leído la entrada anterior, conocerás los efectos de estar separadas de la Naturaleza. Vivir en el medio urbano y tener dificultades de acceso a La Naturaleza es una de las vías para llegar a sufrir Trastorno de Déficit de Naturaleza, aunque no la única. Lo que sí sabemos es que la falta de contacto con la Naturaleza, tiene un impacto en nuestra salud global y más concretamente en nuestra salud psicológica y emocional. Alejarnos de la Naturaleza puede tener consecuencias muy negativas.

¿Por qué es tan importante el contacto con la Naturaleza en nuestro bienestar?

Para poder hablar de la importancia de la Naturaleza en nuestro bienestar, es importante que sepamos algo: nosotras somos Naturaleza.

Las ideas mecanicistas del ser humano, que nos representan como algo separado y superior de la Naturaleza, son una fuente inagotable de malestar, sufrimiento y enfermedad. Nos alejan de nuestra realidad material más próxima. Somos un pedacito de Naturaleza, somos animales, organismos vivos.

De hecho, se sabe que nuestro estado actual de evolución como seres humanos se remonta a un antepasado común que compartimos con el resto de seres vivos que vivió hace ochocientos millones de años. Este podría ser el precursor del resto de especies que conocemos en la actualidad. Este hecho nos traslada a la realidad de que los seres humanos somos organismos vivos en igualdad de condiciones que el resto. No somos algo separado y por supuesto, no somos superiores.

 

¿Por qué la Naturaleza influye en nuestro bienestar?

Biofilia, nuestra tendencia innata hacia la Naturaleza.

El término biofilia fue acuñado por primera vez por el filósofo Erich Fromm, aunque después ha sido ampliamente utilizado y redefinido por otros muchos y muchas autoras. El propio Fromm la definió como “la pasión por todo lo vivo”

Años más tarde, fue Hardvard Edwar O. Wilson quien en su libro titulado “Biofilia” pudo completar este concepto y desarrollarlo en torno a la filiación innata que sentimos las humanas hacia los otros seres vivos.

 

La biofilia es la base de nuestra relación con la Naturaleza, pues nos pone de frente con el hecho de que todos los seres humanos tendemos a la naturaleza y que esta tendencia se transmite de manera intacta de generación en generación.

Por su lado, este también es uno de los postulados centrales en el ecofeminismo, puesto que nos habla de dos necesidades básicas de los seres humanos: la ecodependencia y la interdependencia. La ecodepedencia se refiere a que nuestra supervivencia y desarrollo como especie necesita del contacto estrecho y directo con La Naturaleza, pues es ella quien nos brinda las bases materiales para poder estar vivas.

Y a la vez es uno de los argumentos a favor del veganismo como estilo de vida que afecta de manera ineludible en las pautas de alimentación.

Si a una criatura humana le pones delante una manzana y un conejo, lo más probable es que juegue con el conejo y se coma la manzana.

Los seres humanos tenemos un amor innato por los seres vivos. Es en nuestro proceso de socialización que aprendemos a mirar hacia otro lado y utilizarlos para nuestro propio beneficio disfrazándolo de falso bienestar.

Por tanto, podemos decir que los seres humanos somos Naturaleza. Somos un trocito de naturaleza que ha evolucionado de otros anteriores, que necesita de todos los que se rodea y que además, siente una atracción innata hacia sus compañeros vivos.

Si quieres ampliar información sobre estos conceptos, puedes ver una charla sobre Cuidados Verdes que tengo colgada en mi canal de Youtube

Claves para entender nuestra separación de la Naturaleza

Si estamos conectadas de manera innata a la Naturaleza, ¿por qué estamos tan alejadas?

En su libro “Somos Naturaleza” Katia Hueso elabora un listado sobre cómo la biofilia es entendida y desarrollada en base a los distintos usos que hacemos de ella. Esta clasificación pertenece a Stephen Kellert.

Las distintas formas de acercarnos a la Naturaleza, percibirla y vivir en ellas ponen de manifiesto que nuestra actitud a la hora de relacionarnos con ella es algo que requiere atención y es significativo. No todo el contacto con la Naturaleza es el saludable. Al menos, desde un punto de vista sistémico y global.

Si bien existen distintas formas de acercarnos a la Naturaleza, hay algunas que dañan nuestra conexión con ella, pues ahondan en la idea de que somos algo separado de la Naturaleza y también superior, otorgándonos por tanto el derecho de poder utilizarla en pro de nuestras preferencias como especie.

Esta actitud, sin embargo, es precisamente a la que nos referimos en el ecofeminismo cuando decimos que vivimos en un modelo social, cultural y político que le ha declarado la guerra a la vida. Yayo Herrero o la propia Vandana Shiva explican que nuestra cultura nos traslada la idea de que podemos esperar un crecimiento (económico) ilimtado sin caer en la cuenta de que se asientan en unos medios limtiados: nuestros cuerpos y nuestros territorios.

Por tanto, me remito a las palabras de Alicia Puleo para mostrar la necesidad de redefinir nuestro contacto con la Naturaleza.

“Un mundo mejor es un mundo de igualdad entre los sexos y paz con La Naturaleza, un mundo sin explotación humana o animal y en el que la diversidad no sea motivo de opresión”

 

¿Qué formas tenemos de contactar con la Naturaleza?

Los usos de la biofilia y su impacto en nuestro bienestar

Como comentaba anteriormente, Stephen Kellert describió nueve formas de entender y manifestar la biofilia.

  • Sentido utilitario. Esto significa que podemos entender a la Naturaleza como fuente de recursos para alimentarnos y refugiarnos.
  • Sentido Naturalístico. Nuestra relación con la Naturaleza nos provee de satisfacción por permanecer con contacto con ella.
  • Sentido ecológico – científico. Estudia de manera sistemática y relacional la comprensión de estructuras, relaciones y procesos que se dan entre los organismos vivos y su entorno.
  • Sentido estético. La Naturaleza nos permite disfrutar la su belleza.
  • Sentido simbólico. La Naturaleza es una fuente de inspiración para aprender sobre nuestros sentimientos y pensamientos en forma de metáforas.
  • Sentido humanístico. La Naturaleza es entendida como una fuente de sentimientos que nos conecta con emociones positivas, afecto, sensación de comunión y altruismo.
  • Sentido moral. La Naturaleza nos conecta con un sentido de responsabilidad, admiración, reverencia y espiritualidad.
  • Sentido dominante. Entiende a la Naturaleza como recurso que subordinar en pro de las preferencias humanas, permitiendo controlarla y manejarla a nuestro criterio.
  • Sentido negativo. Traslada la idea de que la Naturaleza es peligrosa y conviene alejarse de ella. Se instaura la biofobia (miedo a lo vivo) y el miedo a lo salvaje, pudiendo llevar a un rechazo de lo Natural.

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

Como puedes ver, contacto con la Naturaleza tenemos (casi) siempre, pues nosotras mismas somos Naturaleza. Sin embargo, es la manera en la que nos conectamos con ella lo que genera una diferencia entre el bienestar y el sufrimiento.

El sentido dominante y el sentido negativo en nuestro contacto con la Naturaleza son recursos ampliamente extendidos en la cultura popular, que en muchos casos vienen disfrazados de bienestarismo y preferentismo.

Se nos vende la idea de que para poder vivir bien tenemos que dominar, subordinar y explotar a otros. Y no es verdad. Pero la compramos.

Por ejemplo, se atiende al concepto “plaga” para tratar de asesinar animales como los jabalíes en base a las preferencias personales de las humanas que viven en zonas concretas, en vez de invertir en recursos sostenibles, equitativos y éticos que permitan vivir en términos de ecojusticia.

Por tanto, tendremos que revisar nuestra manera de relacionarnos con la naturaleza y reflexionar de qué manera nos implicamos con ella a través de una visión dominante o negativa, tratando de eliminar estos usos de nuestros hábitos o reduciéndolos al máximo.

A la hora de reestablecer el vínculo con La Naturaleza, se considera primordial reconocer que nosotras mismas YA somos naturaleza. Desde ahí, tendremos que trabajar con nuestra naturaleza interna (nuestros cuerpos) y con la Naturaleza externa.

 

Si quieres saber cómo recuperar nuestro vínculo con la Naturaleza de fuera, estate atenta a la siguiente entrada de este blog.

Y si te apetece revisar tu relación con tu propia Naturaleza, no dudes en ponerte en contacto conmigo y comenzar ya tu proceso de terapia.

¡Gracias por llegar hasta aquí! Te veo en la siguiente entrega

Sonia Garijo - Cartas espejo

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