El ecofeminismo es una invitación a la cooperación, al trato de igual a igual, a los movimientos horizontales. El ecofeminismo nos habla de cómo las personas, el resto de animales y la naturaleza somos una misma cosa y formamos parte de un mismo tejido orgánico, que es la vida misma. Es un enfoque se derechos hacia la vida en su globalidad.
El ecofeminismo se trata de una teoría que nos explica que vivimos en un mundo creado por y para los varones, en el que todo lo demás se considera «Lo otro». Ese «Lo otro» somos las mujeres, los animales y la naturaleza en su conjunto. En esa separación surge la necesidad de lucha, de guerra, de pelea: de dominación.
Esa forma de funcionar como sociedad la hemos interiorizado en nuestro pensamiento y comportamiento tanto hombres como mujeres y es perjudicial para todas las personas. Ese estilo comportamental lleva implícita la necesidad de competir, de subordinar, de abusar.
En general supone la superioridad de los valores masculinos sobre los femeninos. La fuerza, la dirección, lo cuantificable. Posicionando como inferior lo femenino: la vulnerabilidad, la sensibilidad, lo abstracto.
Desde la mente, eso supone una ruptura interna. Todos somos energía femenina y masculina, y al intentar que la masculina sea superior a la femenina, estamos excluyendo una parte de todas las personas que es nuestra mitad.
El ecofeminismo no solo habla de las actitudes machistas, especistas o exentas de consciencia sobre el uso de la naturaleza como recurso, sino también de nuestro bienestar emocional.
La forma en la que aprendes a tratar al resto, es la forma en la que te terminas tratando a ti misma en tu diálogo interior.
¿Cómo puede el ecofeminismo ayudarnos?
– A entender cómo la cultura de la dominación se ha colado en nuestra forma de tratar a los demás (sobre todo a los más vulnerables) y a nosotras mismas.
– A visualizar nuestro diálogo interior como un reflejo de ese trato a lo externo.
– A tomar consciencia de lo innecesario que es esa estructura social donde se perpetúa el abuso.
– A integrar en nuestro «self» los valores femeninos y masculinos y abrazarlos por igual
– A localizar cómo este estilo se cuela en nuestro deseo de agradar a otros y mostrarnos como creemos que les gustará.
– A comprender cómo priorizamos a los demás frente a nosotras mismas como un decálogo de buenas prácticas de «buena persona» sin reparar en el coste emocional que eso tiene para nosotras.
– A tener en cuenta nuestros verdaderos gustos, necesidades y deseos para generar un proyecto de vida propio.
– A ver en perspectiva la forma en la que nos relacionamos y nuestros patrones repetitivos de relación.
Y sobre todo, nos ayuda a cambiarlo.
El ecofemonismo es la idea radical de que las personas somos naturaleza, y nos explica que nuestra forma de relacionarnos con ella, es nuestra forma de relacionarnos con nosotras mismas.
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