Huellas intrapandemia

En la entrada anterior, me metí de lleno en el tema del sentido de vida y propósito vital.

Como recordarás, el sentido vital es esa línea de conexión con la vida a través de la cual latimos al ritmo de la felicidad con algunos temas. El propósito, se refiere a las acciones concretas que hacemos para materializar en nuestra propia vida esas pasiones.

Hoy os vengo a compartir algunos de estos territorios en mi vida.

La educación, la igualdad de oportunidades, el amor, la reconexión con la naturaleza, los animales y la familia, son algunos de mis temas preferidos. Digo algunos porque soy una enamorada de la vida y podría tirarme horas poniendo temas que me hacen vibrar por dentro.

Ese mapa de cuestiones esenciales en mi vida está muy presente en mi forma de vivir. Y por suerte, en mi trabajo.

Trabajo en una organización que se llama Fundación A LA PAR y trabajamos con y por los derechos y la participación de las personas con discapacidad intelectual.
Hay una parte de mi trabajo que la desarrollo en CAMPVS, el proyecto de formación superior para jóvenes con discapacidad intelectual. Ya sabéis que la mejor forma de aprender, es enseñar. Y a eso me dedico yo, a aprender día a día.

Todas las promociones que pasan por nuestros pasillos me dejan grandes aprendizajes. Curiosamente, cada grupo se conforma de acuerdo a una ideosincrasia y desde ahí se desarrollan como equipo. No hay promociones que me enseñen más que otras, porque todas, a su forma de ser y estar vivas, me transmiten su forma de entender el mundo y transformarlo. Pero lo cierto es que la promoción que he podido acompañar durante la pandemia, me ha dejado boquiabierta.

Todos los estudiantes tienen discapacidad intelectual. Por ende, tienen dificultades en sus habilidades intelectuales (como el ritmo de pensamiento, el lenguaje, la memoria, la atención u otras) y en sus habilidades adaptativas (a veces les cuesta desenvolverse en entornos académicos, sociales o de la vida práctica en comunidad). Como todo en la vida, las dificultades radican no en la persona, sino en su relación con el entorno.

Con todo y con ello, el mismísimo día de después de confinarnos todos en nuestra casa ellos estaban delante de su ordenador, tablet o móvil siguiendo la clase que la profesora les daba. Se adaptaron rápido a una situación novedosa sin la mayor resistencia. Se conectaron con esa sonrisa que les caracteriza y esas ganas de aprender que llevan por bandera.

Durante las clases de Vida Positiva, reflexionábamos sobre el sentido de esta crisis de coronavirus y qué aprendizajes nos dejaría. Nos quedaríamos pasmados ante su consciencia de este mundo loco, acelerado y desconectado de los valores humanos si colgase sus reflexiones. Que su ritmo de entender el mundo, comunicarse e interrelacionar con él sea uno diferente al de la media no quiere decir que no estén presentes y vivan lo que todos.

Por supuesto, hubo dificultades en los meses de estar metidos en casa. Agobios, ansiedad, tristeza, situaciones familiares desagradables. Y lo que tampoco faltaron fueron ganas de superarlas. Allí les tuve, al pie del cañón, pidiendo tutorías para solventar los problemas. Ellos y sus familias. Porque ole. Ole el brindis a la vida que ofrecen las familias con su ejemplo de continuidad y amor incondicional.

Por todo ello y todos los aprendizajes que vinieron de su mano, hemos querido tener un pequeño detalle con ello, en el que he tenido el honor de ser partícipe.

Comparto este vídeo en relación con el sentido y propósito vital, por todos los que se han encontrado en las vías del autoconocimiento, conocen su sentido de vida, quieren desarrollarlo en un proyecto laboral concreto y no tienen formas de prepararse para él porque no existen opciones adaptadas para estudiarlos. Lo digo con la voz ronca y temblorosa. Lo digo con la fuerza de la vida. Y lo grito con las ganas de cambiar este mundo que nos clasifica sin motivo alguno. Honro las diferencias. Valoro la diversidad. Me postulo del lado de la dignidad que ofrece el poder desarrollar la vocación, para que todos lo podamos vivir y sentir.

Soy la voz de los que no pudieron ejercer su propósito y el compromiso de los que están por venir, para que encuentren otras oportunidades.

Sonia Garijo - Cartas espejo

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Una vez al mes me asomo a la ventana y te muestro mis procesos más humanos, sensibles y vulnerables.