Las personas altamente sensibles tenemos una clara inclinación hacia los vínculos fuertes y profundos, el sentido trascendental de las cosas y poder sentir la belleza en aspectos donde los demás sólo perciben asuntos cotidianos. Es por ello, aunque también por otros motivos más generales como la propia biofilia, las PAS tenemos una conexión muy fuerte con la Naturaleza y la necesitamos en nuestro día a día para mantener sano nuestro sentido de la armonía y suele ser una fuente para nuestra propia regulación.
En la entrada de hoy, te contaré algunas fórmulas para integrar la Naturaleza en tu día a día y que pueda sumar a tu propio bienestar.
¿Qué representa la sensibilidad?
Un gran porcentaje de personas (entre el 15 y el 20% de la población) muestran rasgos de alta sensibilidad. Como comenté en la anterior entrada, esta condición de vida constituye un rasgo de personalidad, pero no hace falta ser PAS para ser sensible.
Todas las personas somos sensibles de alguna manera, e incluso las PAS, vivimos la sensibilidad a lo largo de un continuo. No todas somos iguales de la misma manera, ni a los mismos temas, ni siempre de la misma forma.
¿Por qué es importante el contacto con la Naturaleza?
Sabemos que la frecuencia, cantidad e intensidad de contactos que tenemos con la Naturaleza son un predictor para nuestro bienestar y salud emocional. El contacto con la Naturaleza es importante para todo el mundo. La biofilia es una característica innata en nosotras como seres humanos y tenemos una filiación espontánea con los organismos vivos. Es raro ver a una criatura en sus primeros años de vida que no se interesa por los otros animales.
De hecho, además de biofilia, tenemos otra pulsión básica que se conoce como topofilia. Esta pone de relieve que tenemos una preferencia por entornos físicos naturales que por otros artificiales.
“Tendemos a preferir paisajes arcádicos con presencia, pero no sobre abundancia de agua, vegetación, pero que no sea muy cerrada, con elevaciones asequibles, pero no con paredes verticales y con evidencia de un clima suave. Es decir, características que nos aseguran agua, alimento y refugio. Lo más parecido a la sabana primigenia en la que nació el ser humano como especie” (Hueso, 2017)
El contacto con La Naturaleza tiene un efecto moderador en el estrés precisamente por eso. La visión de horizontes abiertos, la existencia de patrones y estructuras visibles y la presencia de agua, generan reacciones emocionales positivas que transmiten la sensación de seguridad y supervivencia.
¿Cómo ayuda la Naturaleza a las Personas Altamente Sensibles?
Diversos estudios realizados con pruebas de neuroimagen como FMRi, demostraron que el cerebro de las PAS, “es más reactivo en general a los estímulos que el de las personas que no poseen el rasgo, pero sobre todo a los estímulos que les generan emociones “positivas” o agradables. El goce y la admiración que puede generar estar inmersos en la naturaleza con todos los sentidos, es mucho más potente y beneficioso para las PAS”
Así mismo la gran empatía, creatividad e intuición de las PAS, hace que puedan reconectarse o sumergirse de forma más rápida en el entorno natural en comparación con personas no PAS.
Las PAS llegan a conectarse de forma más profunda con los seres y elementos presentes en el entorno. Esto hace que puedan disfrutar más vívidamente de experiencias en la Naturaleza.
1. Ayuda a regular el sistema nervioso
Las PAS somos más sensibles a cualquier tipo de estimulación. Nuestro sistema nervioso percibe más información y con más intensidad que el del resto de personas.
Esto hace que nos demos cuenta de cosas más rápido que otras personas, que registremos más información y que además la procesemos de forma más profunda. Esta característica es muy beneficiosa para las PAS, pero también puede ser abrumadora y fuente de saturación.
Cuando una persona está percibiendo información, tiene un nivel de activación (arousal) que le permite recibir la información, procesarla y dirigir la acción hacia los asuntos importantes (lo que conocemos como respuesta de orientación). Sin embargo, cuando la persona está constantemente recibiendo información, la activación se mantiene por mucho tiempo o recibe información muy intensa en periodos cortos, el arousal deja de ser adaptativo, pues se convierte en un estado de alerta.
El estado de alerta se manifiesta con una sobreactivación del sistema nervioso simpático y un bloqueo del sistema nervioso parasimpático.
Un paseo por el campo, el parque, ver una imagen de la playa o hacer una meditación son formas de contactar con La Naturaleza. Este tipo de contactos, nos ayudan a desactivar el sistema nervioso simpático y activar el parasimpático, lo que facilita un retorno de nuestro cuerpo.
2. Ayuda a relativizar los conflictos
Además de por estos motivos fisiológicos, las PAS podemos encontrar en la Naturaleza un sentido profundo que nos ayuda a sobrellevar los altibajos emocionales del día a día. Mirar el cielo nos puede ayudar a poner en perspectiva el tamaño de las dificultades o entender el complejo sistema de comunicación de los árboles a través de sus raíces de la importancia de lo sutil de las cosas importantes.
3. Nos conecta con el sentido de pertenencia
Por otro lado, las personas altamente sensibles solemos tener una necesidad de forjar vínculos uno a uno que sean fuertes y tengan un significado amplio. La Naturaleza nos puede ayudar a tener relaciones profundas, con los animales no humanos por ejemplo, donde aspectos superficiales como la especie o el tipo de comunicación, no supongan una barrera para conectar corazón con corazón. Este es uno de los motivos por los que muchas de nosotras vivimos en familias multiespecie donde nuestros compañeros no humanos son de las personas más importantes de nuestras vidas.
¿Cómo podemos reestablecer el vínculo con la Naturaleza?
A la hora de reestablecer el vínculo con La Naturaleza, se considera primordial reconocer que nosotras mismas YA somos naturaleza. Desde ahí, tendremos que trabajar con nuestra naturaleza interna (nuestros cuerpos) y con la Naturaleza externa.
En este apartado, hablaremos de manera exclusiva de la Naturaleza externa, la que se conoce como Vitamina N(naturaleza)
A la hora de tomar este contacto con la Naturaleza, podemos tener dos tipos de presencia.
- Presencia teórica: Tomaremos un contacto indirecto con la Naturaleza
- Realizar visualizaciones, meditaciones guiadas o centramientos basados en imágenes de la Naturaleza
- Viéndola, por ejemplo a través de pantallas, cuadros, fondos de pantalla
- Emplearla en metáforas de la vida cotidiana
- Dibujándola
- Etc
- Presencia práctica: Tomaremos un contacto directo con la Naturaleza. A su vez puede ser
- Pasiva: Implica únicamente la contemplación de la naturaleza sin intervenir en ella. Un ejemplo de ello puede ser realizar meditaciones no dirigidas en la naturaleza, en las que no haya ningún intento de interacción con el medio. Tienes ejemplos de este tipo de actividades en mi cuenta de Instagram.
- Activa. Implica interactuar con ella de forma dinámica. Un buen ejemplo de este tipo de actividades son las terapias entre animales no humanos, en los que ellos de manera voluntaria interactúan con nosotras en nuestras actividades terapéuticas y en la naturaleza, pudiendo establecer una relación con ellos de intercambio positivo.
Si te ha interesado este tema, no dudes en mantenerte al tanto de las publicaciones de mi blog.
Y si quieres indagar sobre tu bienestar y tus rasgos de alta sensibilidad, no dudes en concertar una primera sesión informativa conmigo y comenzar tu proceso de terapia.