En abril del año 2021 se destapó en forma de noticia algo que desgraciadamente no lo es.
El maltrato animal no es noticia ni novedad.
Se publicaron imágenes del laboratorio de #vivotecnia de Madrid, donde se podía ver con todo lujo de detalles cómo los animales, con la escusa de poder tener elementos de cosmética y no sé qué otras cosas, eran #abusados, #maltratados y utilizados de forma sádica, no solo para poder obtener estos productos, sino también para ser el blanco de la ira de unos cuantos.
La cosmética no necesita experimentación animal. La ciencia tampoco y la alimentación menos.
Ver las imágenes era desagradable, al igual que lo es tomar consciencia de cuánto de lo que hacemos en nuestro día a día implica la dominación de las más vulnerables.
Nos hemos tragado a base de comodidad que podemos utilizar los recursos del medio a nuestro antojo sin reparar en las consecuencias.
¿Y es necesario? ¿Para quién?
Es hora de juntarnos para pedir por la dignidad de todos los seres sintientes.
La violencia sistémica hacia los animales forma parte del sistema patriarcal en el que vivimos, donde las mujeres, los animales y la naturaleza en su conjunto, somos aquello que se puede dominar, violentar, abusar, maltratar o asesinar sin la legitimidad de ser considerado violencia. Somos Lo otro.
El consumo nos ata a un sistema de creencias que no nos beneficia a nadie. En esta ocasión estamos siendo testigas de las atrocidades de la vivotecnia. Animales que siguen presos del maltrato, a los que les hemos quitado su posibilidad de tener una vida, justificando sus cuerpos para nuestra cosmética y estilo de vida. Animales que insisto, siguen dentro a pesar del escándalo y las voces.
Leí que una de las razas de perros que más se usan para este tipo de actividades son los beagles. ¿Sabes por qué? Porque son una raza de perro con un comportamiento dócil y cariñoso. ¿Puede ser acaso más asqueroso? Perros seguidos de ratas, conejos y pequeños roedores que no pueden quejarse, o que sus lamentos no llegan a ningún sitio. Seres vulnerables de quien aprovecharse sin consecuencias.
Abusar del indefenso es una bajeza SOLO humana. No hay más especies que sean sádicas con lo vulnerable.
¿Hasta cuándo? ¿Hasta quién?
El sistema de seres en el que estamos inmersas también incluye a los animales no humanos y a la naturaleza. Somos seres sintientes.
El cuidado que proveemos a todo nuestro sistema es el cuidado que nos damos en primera persona. Mientras sigamos cómplices de estos abusos a otras, estaremos siendo abusadoras de nosotras mismas.
Maltratar animales es maltratarnos.
Permitir el abuso es abusarnos.
Asesinar seres es asesinarnos.
Mirar a otro lado es ser cómplice.
¿Hasta quién llega tu empatía?